Hoy creo que os voy a enseñar unas cuantas cosas...
Como la diferencia entre una mandarina y una clementina, ¡por ejemplo!
Ya me veo llegar unos cuantos listillos diciéndome con un tono burlón : ¡es evidente! ¿Estáis seguros? Quiero decir... ¿¿¿ESTÁIS MUY MUY SEGUROS??? ¿¡Seguros al punto de apostar dinero en ello!?
Y ¡Zas! Con esta frase mágica, vuestras certidumbres acaban de desvanecer...
¡Rabia, rabiña...!